Cotización

sábado, 24 de noviembre de 2012

Hola! hoy comparto con ustedes un chiste que le "robé" a mi sobrina Débora Jesica (ya se: mas de uno piensa que tiene nombre de culebrón, pero es un bonito nombre y ella es mas bonita todavía!)



domingo, 4 de noviembre de 2012

Reencuentros...


En mi último viaje a Baires, todos los reencuentros fueron lindos, emotivos, reconfortantes para el alma, pero paso a relatar, además de lo dicho anteriormente, el mas curioso de todos: Cuando Diana me propuso el encuentro, después de mas de 25 años sin vernos, me pareció interesante, incluso me proponía encontrarme con su familia e ir a comer un asado juntos a un club que está por la zona de Ezeiza, o sea: lejos de Baires. No es que no me guste el asado, pero sólo viajaba a Baires por menos de una semana y alejarme de ella me quitaba tiempo para otros encuentro.

 Y me preguntaba: ¿Qué tengo que ver en esto? Todo esto a través de facebook y a mas de 12000 km, o lo que es lo mismo decir: el “charco”por medio. Me dio hasta un poco de temor, no se porque, pero esas cosas “raras”que tengo o tenemos los seres-humanos: poner distancia en el cariño que alguien nos expresa. Bueno, en concreto acepté la propuesta, sin especificar cual iba a ser el modo de encontrarnos. Luego de unos días en Baires, y a través de feisbuk, Diana me escribe, contesté su contacto mediante llamado, y luego de algunas idas y vueltas, definitivamente quedamos en encontrarnos para desayunar en el bar “Carlos Gardel”, a las 9,30 del miércoles. Y allí estaba yo, esperando en la cafetería, mientras me ponía al día con “La nación”, pasados unos minutos la veo a ella esperando en la esquina, raudo salí a su búsqueda, y en un emocionante encuentro nos confundimos en un abrazo lindo, muy lindo!  Fuimos adentro y empezamos a parlotear del pasado y presente, y mientras allí estábamos tratando de abreviar 25 años en 3 minutos, alguien se sentó en una mesa de al lado, lo miré y crei ver la cara de José María, a quien hace mas de 30 años no veía, pensé “No puede ser”. Seguí charlando con Diana, pasó un minuto y otra ver lo vuelvo a mirar y lo vuelvo a encontrar conocido, se lo comento a Diana y ella confirma mi sospecha: es José María…no lo podía creer, ni que lo hubiésemos arreglado…como podía ser? Claro, José María nos miraba con cara de “qué hice para estar acá???” y nosotros pasando su desayuno a nuestra mesa, y él mirándonos como diciendo “pero es que no se si quiero desayunar con ustedes, bah en realidad no se nada...”

Y el encuentro que iba ser de a dos compañeros de colegio, pasó a ser de tres, y así tuvimos un desayuno emotivo por el recuerdo y repaso de nuestras vidas en dos horas…muy lindo…pero también…alucinante!!! Por qué esa “casualidad”?  No creo en las casualidades…es un enigma el porqué de ese reencuentro…pero fue muy lindo disfrutarlo, fue una bocanada de aire al corazón!
 
Foto testigo del reencuentro junto con el dedo del mozo...